Conrado Rodríguez-Mafiotte Martín

Director del Instituto Canario de Bioantropología

Hasta finales del siglo XV, por su condición de isla y las características socioculturales de la población que la habitaba (los guanches), Tenerife no se vio afectada por ninguna enfermedad de tipo epidémico. Sería en plena conquista de la isla, a finales de la citada centuria, en el otoño de 1494 y el invierno de 1495, cuando hizo su aparición la primera epidemia conocida: la modorra o moquillo de los guanches que resultó devastadora para la población aborigen, especialmente en el norte.
Por la importancia de sus dos puertos principales (Garachico, hasta su destrucción en 1706 por el Volcán de Trevejo o Arenas Negras, y Santa Cruz de Tenerife) y el tráfico de los mismos con Europa, América del Sur, el Caribe y África, desde entonces una serie de acontecimientos epidémicos, en muchos casos catastróficos, se sucedieron una y otra vez, coincidiendo entre ellos en no pocas ocasiones, sobre la isla y ocasionando terribles trastornos sanitarios, demográficos, sociales y económicos. Veamos las epidemias más importantes en nuestra isla.